Paqui, la dueña es un encanto de mujer, nos atendió con amabilidad y complicidad y la experiencia fue de lo más entrañable.
Gocé con los vinos, con los platos y disfruté mucho de la compañía.
La conversación resultó ser por momentos amable, sosegada, acalorada, apasionada. Viví uno de esos mágicos encuentros que aparecen en la vida, cuando quieren, donde quieren y como quieren. Bebimos vinos de Jerez y alrededores y champañas para refrescar ¡¡¡¡UUUUUMMMM!!!! Nos dejamos llevar por Paqui y tengo que decir que cada vez me gusta más esa sensación de abandonarme en manos expertas, soltar el control es una cosa nueva para mí y por esto lo aprecio tanto. También me pasa que al estar rodeado de expert@s en vinos, me permito ponerme en modo esponja, todo me vale, escucho, huelo, pruebo, , me dejo estar, me dejo sentir, entro en éxtasis profundo, me despierto.......y vuelvo a escuchar, oler, probar, recordar, volar, viajar........................
Me encanta esta taberna, con tanto vino diferente por descubrir.Fue para mí toda una aventura, si estás por Madrid y te gustan los generosos, este es el sitio.
Gracias compañer@s por tan rico y nutritivo encuentro.
¡¡¡¡SALUD!!!!
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