domingo, 7 de agosto de 2016

SOCAIRE


SOCAIRE, es una elaboración de Primitivo Collantes, fuera de su bodega, en colaboración con Ramiro Ibáñez.

Gracias Lorena Costas por la información.
SOCAIRE. Abrigo o protección que ofrece una cosa por el lado opuesto a aquel de donde sopla el viento, especialmente el viento marítimo. 
Con este bonito y marinero nombre, ha bautizado Primitivo Collantes, una de sus últimas creaciones en colaboración con Ramiro Ibáñez.
Socaire, es un vinazo, 100% palomino fino, fermentado y criado en botas viejas, durante 24 meses, sin D.O y sin bodega. Es un vino libre, una de esas rarezas a las que nos van acostumbrado un pequeño grupo de jóvenes gaditanos, amantes de la albariza, plenamente convencidos del gran potencial  de estas tierras y de sus muchas bondades.
Son estos vinos tranquilos del Marco de Jerez y alrededores, los que llegan  a Inglaterra, allá por el siglo XVI, enamorando, entusiasmando a sus habitantes, entre ellos personajes tan ilustres como William Shakespeare, que prendado de sus bonanzas le dedicó una cuantas alabanzas, convirtiéndose en un gran defensores y publicista de los vinos del Marco y alrededores.                                  “Un buen jerez produce un doble efecto: se
 Shakespeare y sus amigos en la taberna de la Sirena pintado por John Faed
sube a la cabeza y te seca todos los humores estúpidos, torpes y espesos que la ocupan, volviéndola aguda, despierta, inventiva, y llenándola de imágenes vivas, ardientes, deleitosas, que, llevadas a la voz, a la lengua (que les da vida), se vuelven felices ocurrencias. La segunda propiedad de un buen jerez es que calienta la sangre, la cual, antes fría e inmóvil, dejaba los hígados blancos y pálidos, señal de apocamiento y cobardía. Pero el jerez la calienta y la hace correr de las entrañas a las extremidades. Ilumina la cara que, como un faro, llama a las armas al resto de este pequeño reino que es el hombre, y entonces los súbditos viles y los pequeños fluidos interiores pasan revista ante su capitán, el corazón, que reforzado y entonado con su séquito, emprende cualquier hazaña. Y esta valentía viene del jerez, pues la destreza con las armas no es nada sin el jerez (que es lo que la acciona), y la teoría, tan sólo un montón de oro guardado por el diablo, hasta que el jerez la pone en práctica y en uso. De ahí que el príncipe Enrique sea tan valiente, pues la sangre fría que por naturaleza heredó de su padre, cual tierra yerma, árida y estéril, la ha abonado, arado y cultivado con tesón admirable bebiendo tanto y tan buen jerez fecundador que se ha vuelto ardiente y valeroso. Si yo tuviera mil hijos, el primer principio humano que les enseñaría sería el de abjurar de las bebidas flojas y entregarse al jerez.”



SOCAIRE, es un vino hecho como se hacían los vinos en Cádiz antes de que se comenzara a encabezar y se adoptara el sistema de criaderas y soleras. Es un vino como los que bebía el gran dramaturgo William Shakespeare y los hijos de la "Pérfida Albión" a finales del XVI.
Primitivo y Ramiro, llevan tiempo investigando en la zona, rastreando las mejores viñas de albariza, buceando en los pagos sanluqueños, jerezanos, chiclaneros, en una búsqueda incansable del terruño, del lugar privilegiado, ese espacio singular, diferente, ese emplazamiento de ensueño en el que las cepas crecen con fuerza y ofrecen uvas de una calidad superior. Buscan con ahínco esos frutos cargados de emoción, plenos de mineralidad, preñados de sol y mar,
uvas felices mecidas por los vientos salinos, refrescadas y acariciadas en las noches estivales por los rocíos marineros, rocíos brumosos que hacen que las uvas se sientan en la gloria y se expresen plenas y vigorosas en este vino especial, profundo, sincero, amable, fresco, ácido, amargoso, delicado, suculento, complejo, vino de gran personalidad. 

Siempre me gustó Cádiz y ahora que conozco sus vinos mucho más.
¡¡¡VIVA CAI, SUS GENTES Y SUS VINOS!!!



                                                  ¡¡¡SALUD!!!